A los amigos de los barrios, los amores y las revoluciones
La fuga
Piernas de algodón se estiran interminablemente sin hallar resistencia en el suelo. El cuerpo se expande y contorsiona pegado al piso en un gesto de intento, pero no avanza nada o casi nada: es el simulacro de una carrera falsa hacia cierta ambigüa y oscura salvación. Este correr en el mismo sitio, inmóvil, se devela renovado una y otra vez con un vago sentimiento de horror, como en un fragmento de película que se interrumpe y vuelve siempre a recomenzar. Suspendido el instante en un vértigo tenaz, la escena, a un tiempo fija y cíclica, transcurre en silencio. El péndulo se mueve pero no logra alcanzar su punto de retorno. Alguien (no lo sabemos, lo intuimos) nos persigue. Es el vasto jardín de mi casona de infancia, con su pasto desparejo, la higuera y la magnolia. Un aura crepuscular vela los detalles. La persecución es infinita. Siempre estuvo ahí. No empezó nunca ni acabará jamás. Y el esfuerzo vano estira los cuerpos y el tiempo como una condenada plastilina inútil.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Archivo del blog
-
▼
2007
(39)
-
▼
diciembre
(39)
- © Eduardo Lucio Molina y Vedia
- Labrar la palabra
- Simulacro
- Ceremonias
- Gitano
- Adolesciendo
- Diásporas
- Rehúses
- Alcira
- La fuga
- Digresión
- L'orologio
- El diario
- Aunque nos maten
- Festín
- El Ojón
- Galerías
- Isagoge
- Mascarón de proa
- Loto
- Madrugada
- Loba
- Deschave
- Versus
- Marcada
- Amistad
- Colombina
- Dinorah
- Visita
- Vaticinio
- Rita
- Cauces
- Introito
- Filial
- Jonás
- Guerrera
- El día de los inocentes y un Borges apócrifo
- En este artículo hay una leve inexactitud
- Borges apócrifo
-
▼
diciembre
(39)
Acerca del autor
Biobibliografía
Eduardo Lucio Molina y Vedia (Buenos Aires, 1939), como otros muchos escritores, viene del periodismo. Éste, su primer libro, reúne textos elaborados durante las últimas dos décadas. Incluye desde cuentos hasta los autorretratos femeninos de la sección “Galerías” y un ejercicio de mimesis borgiana, Vindicación de El nombre”, sugerido por un curioso episodio con motivo del día de los inocentes de 1984. Molina y Vedia inició su trayectoria en 1958 en “El Territorio” de la ciudad de Resistencia y ocupó en Buenos Aires jefaturas de sección en el semanario “Primera Plana” y el diario “La Opinión”, entre otras publicaciones. En México desde 1977, colaboró en periódicos y revistas, tradujo una veintena de libros, dirigió “le Monde diplomatique en español”, se desempeñó como corresponsal de la agencia Inter Press Service y fue jurado en 1983 del Premio de Traducción Literaria Alfonso X. Algunos de sus cuentos fueron publicados en la revista argentina “Utopías del Sur” y en las mexicanas “Plural”, “Topodrilo”, “El Alfil Negro”, “Revista de la Universidad Autónoma del Estado de México”, “Filo rojo” y “Andamio”, así como en una plaquette de Editorial Mixcóatl.
No hay comentarios:
Publicar un comentario